27 dic 2008

ELEGÍA. Miguel Ángel Marín Uriol


Un rastrojo final ronda la orilla
y el fantasmal abismo de tristeza
en polvo decadente, vence, humilla,
embriaga un crepúsculo. Destreza
no le falta, solemne acuchilla
la imagen del amor, la sutileza.

Agreste hueco exhala, siembra y trilla
mutilado por siempre y la belleza
expiró en tu sonrisa, en tus labios,
tus ojos una lágrima invisible.

Descansaste en paz amigo mío
y, ¿qué valles cantar si funerarios
en Bulbuente su luz es tan sensible
y el Mons Caunus se me hace tan sombrío?

Miguel Ángel Marín Uriol

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